¿Alguna vez has llorado después de tener un orgasmo? Es un hecho bastante más frecuente en mujeres que en hombres -o al menos hay más mujeres que admiten haberles sucedido- y que desconcierta un poco cuando se repite varias veces.

terapia-sexitiva-llanto-y-orgasmo

Existen distintas teorías que puedes encontrar buscando por internet, y en muchos sitios podremos leer que ese llanto es debido a la liberación de la tensión emocional del día o del momento: Estrés, nerviosismo acumulado, después de una discusión con la pareja, etc… Y podríamos decir que sí, pero desde el punto de vista de la Terapia Sexitiva, nos quedaríamos muy cortos. La tensión emocional, lo que provoca en realidad no es el llanto, sino que es el medio que facilita el proceso que lleva al llanto.

Si alguna vez te has visto en esa situación, sea manteniendo relaciones sexuales en pareja, o bien masturbándote a solas, que sepas que no ocurre nada… o sí. Sí que ocurre algo. Y es que habéis conseguido -inconscientemente- algo maravilloso. Habéis descorchado un bloqueo oculto y lo habéis convertido en algo bueno y sanador. Así que respira hondo y permítete llorar cuanto te pida el cuerpo, aunque no entiendas por qué lloras ni de dónde sale el llanto.

Cuando surge el llanto después de un orgasmo, es porque ha habido sensibilidad y sensualidad, que has sido receptiva, sensitiva y sobre todo consciente de tu YO interior. Así que entregaste a tu proceso. Porque lo que provocó el llanto fue la tensión emocional de la que hablábamos al principio. Y me repito, esa tensión no es la causante, sino la facilitadora.

Pero vamos a la cuestión: Las emociones, todas, se nutren de la energía sexual. Por lo que están estrechamente ligadas. La energía sexual no sólo es una energía creadora, sino también una energía sanadora (y muy potente). Pero para acceder a ella y conseguir su poder sanador hay que conseguir entregarse a la propia sexualidad al cien por cien y dejarse llevar.

Conseguir esto hoy en día parece una quimera para muchas mujeres y hombres, cada uno por distintos motivos. Las mujeres por vergüenza, culpa, frustraciones, etc… y los hombres por ego, orgullo, vergüenza… En resumen, la mente a todos los niveles nos impide disfrutar y ser nosotros mismos.

Bien, pues la energía sexual sana cualquier tipo de bloqueo que tengamos a nivel emocional o a nivel sexual (por la conexión antes mencionada) siempre que nos dejemos llevar y sentir, como hemos dicho. Y la tensión sexual (llevar días sin masturbarse o tener relaciones sintiendo un fuerte deseo sexual) y/o la tensión emocional (estrés y demás) lo que consiguen es que estemos tan agotadas, tan rendidas, que irremediablemente y sin querer, provoque una desconexión de la mente y un descontrol del cuerpo, de las percepciones, de las emociones y del placer.

Es entonces, en ese momento de debilidad de la mente, cuando la energía sexual se expande y rompe alguno de esos bloqueos que todos tenemos, llega a nuestro centro emocional y se libera en el momento más intenso del orgasmo. Y la mayoría de las veces lo hará en forma de llanto, pero también suele aparecer en forma de risa descontrolada. Pero al final, de uno u otro modo, otorga felicidad, alegría y sensación de liberación.

Y la energía sexual, en ese estado de conexión y conciencia con tu placer y tu cuerpo, es mucho más potente que en cualquier otra ocasión y el llanto resultante es mucho más liberador.

Por eso, aunque estemos en estado de mucho estrés, no siempre lograremos soltar y romper a llorar. Porque a veces surge entre todo este proceso, el miedo a descontrolar. Y puede que en lugar de sentir una liberación sintamos un nudo en el estómago o en la garganta: Porque o no nos hemos permitido hacer algo que deseábamos y éramos conscientes, o no aceptamos quienes sabemos que somos y terminamos por ser como esperan de nosotras.

Así que folla, mastúrbate, llora, ríe y grita cuando estés tocándote a solas o estés con tu pareja y tengas orgasmos. ¡Date permiso! ¡Se feliz! Permite a la energía sexual recorrer tu cuerpo porque ella sanará cualquier bloqueo. Y así, poco a poco, eliminarás cualquier infelicidad y ansiedad que sientas sin saber por qué ni de qué es. Así lograrás poco a poco una consciencia plena.

Recuerda, ese llanto, viene de un sitio más profundo que cualquier mal día de nervios y estrés. Así que, aunque te sientas genial y descargada, párate un minuto siempre que llores, a pensar de dónde salió.