Últimamente, acuden a mis talleres (y cada vez más) mujeres que se encuentran en la perimenopausia o que ya han entrado en la menopausia. E irremediablemente salen preguntas sobre la falta de apetito sexual, sequedad y demás síntomas que suelen presentar las mujeres en estos períodos. También suelen sorprenderse de la respuesta: que la energía sexual puede paliar, eliminar y revertir estos síntomas.

Menopausia y energía sexual

Así que he decidido compartir estas conversaciones y explicaciones, y dar el punto de vista que la Terapia Sexitiva tiene al respecto y cómo lo trabaja.

La Terapia Sexitiva trabaja a través de la energía sexual, como ya hemos hablado en otras ocasiones, bloqueos emocionales y mentales tales como miedos, frustraciones, estados permanentes de rabia y ansiedad, falta de deseo sexual, falta de sensibilidad y sensualidad, represiones, tristezas profundas, etc… Y cuando una persona no ha experimentado su sexualidad de forma libre, satisfactoria y plena (lo que la terapia lo define como una sexualidad Consciente) suele presentar algún tipo de estos bloqueos. Si además esa persona es mujer y pasa los 40 años sin haber trabajado esos bloqueos, cuando le llega la perimenopausia con los cambios hormonales se obsesiona y bloquea aún más su energía sexual y su capacidad de disfrutar de su sexualidad.

Por ejemplo: A una niña que desde pequeña hasta adolescente le han inculcado que tocarse es malo, que su coño es radioactivo y que no se le ocurra nunca meterse los dedos, llegará a la edad adulta y a sus primeras relaciones sexuales reprimida y quizás con ansiedad. Además de que si no rompe con esa idea metida a fuego le costará encontrar su propio placer en pareja, pues no se atreve a masturbarse para conocerse. También chocará en su mente el deseo y la pasión que despierta estar con otra persona en la cama, con esa represión aprendida que le provoca no ser capaz de soltarse y confiar en su cuerpo. Y si alguna vez probase a masturbarse, el bloqueo mental construido le impedirá sentir todo el placer que debiera. Esto consigue que se vea el sexo como un “accesorio” más en nuestra vida y no como parte principal y fundamental, disminuyendo el deseo sexual. Y si esta misma mujer llega a la menopausia y piensa en que ya su deseo desaparecerá del todo porque es lo que dicen que pasa, simplemente se resignará y no volverá a pensar en ello.

Porque eso es lo que ocurre. Nos dicen que el deseo y el apetito sexual disminuyen con la bajada de producción de estrógenos; y que es totalmente normal. Y nosotras vamos y lo creemos. Y nos resignamos. Y dejamos de experimentar y disfrutar. Porque eso que nos dicen nos frustra antes de que ocurra y nos deprime. Y es ese pensamiento y esa sensación de tristeza porque creemos que ya no vamos a tener el mismo deseo sexual lo que nos bloquea y nos impide sentirlo. Además que como suelen ocurrir algunos cambios fisiológicos, nos preocupamos también por si engordamos y cambiamos demasiado y ya no seremos atractivas ni deseables. Y agregamos más bloqueos.

Y realmente, no existe diferencia entre una persona (hombre o mujer) bloqueada que no siente deseo sexual y una mujer en la menopausia que no siente deseo sexual. La diferencia radica solamente en que ésta lo bloquea en esta etapa de su vida. La falta de deseo sólo es una manifestación de que algo no marcha adecuadamente dentro de nuestra mente y nuestro centro emocional.

Y la Terapia Sexitiva simplemente trabaja la energía sexual para que se logre desbloquear la conciencia de la persona que recibe el masaje y comience a tomar presencia de sí misma, de su cuerpo, de sus sensaciones y sentimientos… y sea capaz de poner solución a cada barrera que había puesto su mente; de eliminar los sentimientos de culpabilidad; y sobre todo darse cuenta de que sí que siente, sí que disfruta y sí que puede seguir deseando.

¿Y los síntomas? Pues por un lado están los físicos como la acumulación de grasa o las pérdidas de orina. Nada más fácil que hacer deporte y practicar los ejercicios de Kegel y utilizar bolas chinas. De todos modos deberían ser hábitos que se practicasen desde muy temprano.

Y las subidas de calor, estados de ansiedad, insomnio, alteraciones del estado de ánimo, etc… la Terapia Sexitiva tiene una explicación: La producción de óvulos, le supone a la mujer aproximadamente el 40% de su energía vital, que es la energía que se consume con el día a día. Esto significa que una mujer durante gran parte de su vida aprende a vivir y a adaptarse a realizar esfuerzos con sólo el 60% de la energía que produce a través del alimento, el aire y el descanso. Pero cuando llega la perimenopausia, se reduce la producción de óvulos… por lo que el cuerpo de repente, sufre un “exceso” de energía (que en realidad no es tal, sino que ahora no gasta tanta) y que no sabe cómo reabsorber o en qué emplearla. Es como si a un niño pequeño le atiborras de chuches y chocolate antes de dormir. No hay quien le acueste y quien le aguante. Pues pensad que ocurre lo mismo en este caso.

Sólo hay que lograr desbloquearse, dejar de pensar en que la vida sexual se acaba, sea a través de esta terapia o con ayuda de sexólog@s. No te creas lo que te dicen o lo que lees respecto a estos síntomas. Tú eres quien decide quién eres, cómo sientes y cómo vives tu sexualidad.

Una mujer con su energía sexual fluyendo libre, sin ninguna barrera mental y emocional y en la menopausia, tiene por norma más deseo, más sensibilidad y más intensidad y frecuencia en sus orgasmos. Porque la energía que ya no utiliza para crear óvulos se invierte en potenciar la energía sexual.

No me extraña que sean hombres los que dijeron en su día e insisten en que la mujer a partir de los 50 está en declive sexual… porque si descubren que no es así, ¡cualquiera les sigue el ritmo!

¡Sed Sexitiv@s!