El sábado acudí a un taller de Shibari, que es una práctica de ataduras eróticas japonesa. Siempre me ha llamado mucho la atención el bondage y me ha provocado curiosidad (quién no ha atado alguna vez a su pareja o al menos lo ha fantaseado, ¿Verdad?) y quería descubrir alguna manera diferente de atar a mi chica, inmovilizarla en determinada postura para luego dar rienda suelta a mi deseo.

Pero si fui a este taller fue porque me llamó la atención en el contenido del programa, la relación que decía que tenían las ataduras con la energía sexual. Siendo de origen japonés y erótico, me lo creía, pero quería averiguar en qué sentido. Porque cuando uno trabaja con la energía sexual siempre quiere descubrir más.

La primera parte del taller se basó en enseñar a realizar ataduras y nudos básicos en pies y manos. Evidentemente, al comenzar a practicar, te das cuenta que el taller sólo sería introductorio, pues es un arte que necesita su dedicación y horas para lograr aprenderlo con cierto dominio. Aun así fue muy útil, ya que según te mostraban una atadura, la imaginación volaba con tu pareja rápidamente y puedo asegurar que con lo aprendido se puede conseguir mucho juego en la cama. Ya sólo esta parte era muy interesante y enriquecedora pues la erótica que desprende el juego de atar con cuerdas es verdaderamente alucinante y muy recomendable.

Pero cuando pasamos a la segunda parte, te das cuenta que atar a tu pareja se puede convertir en algo aún más alucinante y erótico. ¿Y por qué? Pues porque realmente no se trata de atar sin más. No se trata de realizar nudos con las cuerdas alrededor de los miembros y cuerpo de tu pareja. Se trata de intentar comunicar. Si a ti te excita el juego de atar a tu pareja, pues debes concentrarte en hacérselo sentir mientras vas atándola. Porque el “juego” comienza en el mismo instante que agarras las cuerda. No después de tener los nudos hechos y a tu pareja inmovilizada. El proceso y la concentración en el proceso es lo que activa la energía sexual, tanto la tuya como la de tu pareja.

Y esto es extrapolable a cualquier situación en la cama, pero hablando del Shibari, me parece una manera muy divertida y excitante de enriquecer cualquier encuentro sexual. Además da pie a jugar mucho muchísimo. Recomendable. Yo pienso seguir indagando, pues me parece interesante la mezcla de las ataduras eróticas con el masaje erótico y sanador. Una mezcla que a priori se aventura explosiva.

Así que ¡a atarse y ser sexitivos!